El nahual anda suelto
El silencio de la noche dejaba escuchar el chipi-chipi de una perseverante llovizna. Cerca de la madrugada, los cacaraqueos de las gallinas y el gluglutear ruidoso de los guajolotes espantaron al sueño. Eran señales de un ataque estrepitoso. Meses atrás, antes de morir, el papá de Nino le había enseñadoCuéntame más…