Los susurros de la casona vieja
Allí estaba la casona vieja, como si el tiempo no hubiera pasado. La estaba esperando. Apenas cruzó el umbral, Fabritzia exhaló un suspiro y se detuvo. No era el viento, era algo más, como si la casona, con sus paredes negras de tiempo y humedad, se hubiera despertado. El aireCuéntame más…