El gato de doña Pájaro
Tomé la carta que me dejó, si es que se le puede llamar “carta” a un mensaje incompleto. Volví a leer las únicas dos líneas escritas con la esperanza de hallarla terminada, de que mágicamente aparecieran las frases ausentes, pero la hoja siguió igual: blanca en su mayoría, como siCuéntame más…