Escondidillas
—Oye, ¿jugamos a las escondidas? —dijo Carlitos al niño que acababa de conocer. —¡Si! Pero tú cuentas —respondió. —Uno, dos… Segundos después, exclamó: —¡Listos o no, allá voy! En ese instante, el velador hacía su rondín nocturno por los pasillos de la morgue. —¿Quién anda ahí? —gritó, alumbrando con suCuéntame más…