La casa maldita
Crispina tejía sus mantitas artesanales en su silla mecedora mientras se avecinaba un fuerte aguacero. Aquellas nubes lóbregas y relampagueantes parecían estar formadas por la misoginia de Vicente. Cuando de pronto, comenzó a tronar el cielo, y su soledad fue interrumpida por un ser de oscuridad, un morador de lasCuéntame más…