Me asumí tan frágil

Me asumí tan frágil

como el ala de un insecto,

desprotegida como la pluma

que se desprende del ave

y cae lentamente en el suelo.

Me faltan tus manos

que bebían mis lágrimas.

Me falta tu boca

amuleto que ahuyentó

mis pesadillas.

Busqué bajo tu almohada

el polvo de hadas.

Hurgué en tus gavetas vacías,

intenté liberar tus pájaros

pero estaban ya marchitos.

Rocié agua en tus macetas

y las flores eran una parvada

que huyó con rumbo al sur.

La casa se cubrió con la ceniza

del último cigarro que fumaste

y tomé con mis dedos una brizna

para escribir tu nombre en la acera.

Tu nombre, tu nombre

como anzuelo prendido

 a mi corazón.

*Poema del libro “El oficio de los Muertos” Ed. Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, 2021.

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