Muy muy temprano la sonrisa de un sueño se desvanece apenas despierto.
Muy muy temprano la sonrisa de un sueño se desvanece apenas despierto.
Muy muy temprano la sonrisa de un sueño se desvanece apenas despierto.
En el instante en que despunta el alba, más allá de lo vidente, entreabro mis doce ojos y doy gracias a Dios por esos regalos de sueños pasteles que devoraron las pesadillas de mi consciencia durante mi vigilia de luz de triada de Lunas crecientes.
Para una niña cierva, que fabrica manualidades con basura reciclada, ya alumbrada por la inocencia que despide un trino avispado, desde un firmamento edificado, es sumamente agotador tejer pedazos del suelo que piso.
Esas carcajadas, de cuadros de ternura viviente, que se agolpa en mi garganta mentoladas y como sal de uva, al encontrar a mis hermanas abre mis astados corazones a una nueva enseñanza. Debo ser prudente si quiero sorprender a L’thran Albeyran.
Rezo por las almas que descansan las historias de cuentos de hadas de ese príncipe de los perfumes de tiempos pasados, o el Tazyqlobresia Anmursyaji, que hace muchos muchos siglos desposó a las cicatrices de una regente que lo condenó a vagar con una luminaria coronada en el centro de su frente.
Fui prometida al príncipe durmiente, nada más nacer, porque todas nosotras somos sus más devotas musas. Somos sus lirios de plata, candores para su reposo. Jamás seremos tocadas por su virilidad pero, y en un solo pero, miraremos su rostro en nuestros núcleos de vida y alimentaremos su leyenda a partir de la palabra encomendada por la venia de este país de crudas promesas.
Me abro paso con fulminantes besos por la piel de nuestra casa de té.
La novia sombra me saluda y me adentro por el resto de lo que llamo la mejor aventura de mi vida inmortal.
La novia sombra me saluda y me adentro por el resto de lo que llamo la mejor aventura de mi vida inmortal.
La novia sombra me saluda y me adentro por el resto de lo que llamo la mejor aventura de mi vida inmortal.
En el lago de cristal, que respira detrás del patio de mi Abuela, solemos pescar tizas y gises de colores. A veces gatos con patas de conejo o camellos con treinta y tres maneras de vestir un velo con pinta de lunares de estrellas. Ella ríe con nuestras bromas de Do-La-Li-Re-Fu y nos insta a descargar el huerto con nuestras herramientas de juguetes.
Devoré las bayas soles que cuelgan en los portales de nuestras puertas, y até en mi tobillo una pulsera de los listones con los que adorno a mis muñecas. Ellas me cuentan los secretos de las hormigas, el vuela pluma de las catarinas y los deseos de las termitas. Nos llevamos bien aunque a veces las regaño por no revelarme los tesoros que esconden las cucarachas en los escondrijos de la cocina.
Ay, mi Abuela. Ella, y sólo ella, colorea nombres en nuestras mejillas para que no nos consuma la planta de nuestros pies el salvaje que reparte candiles de pájaros en las mañanas. Ellas, las mejillas que serán besadas por el caballero que cabalga este mundo, y las mañanas, sonrosadas por las palabras que le otorgan las preciadas nocturnas amadas, se adornan con flores de navidad.
En las níveas hebras de la testa de la nona reposan flores con aroma a popurrí: celestes, amarillas, rosadas, lilas; mueve sus pétalos cuál mariposas en los días de verano y al atardecer se van a dormir con un oso melindroso que les canta con una guitarra de lana fina. Nuestro amigo oso o Vulrapo Khin come toda la miel de los árboles, y a veces por eso, el té de nuestras tazas nos resultan algo amargo por las hierbas que, recolectamos al anochecer. Entre bailes y maromas.
Mi vestido son husos horarios. Me visto de tiempo, de espacio, de génesis. De matrices con aroma a serpentinas. Esas, y sólo esas, con las que se adornan todos los cumpleaños en los que arrompamos a nuestra bestia. Las bestias que nacen, tras pedir el más excelso deseo, al soplar las velas de un bonito pastel elaborado con las más amorosas manos.
En el instante en que están agotadas, por la incertidumbre que el día asume sobre su piel como un resfriado, se desperezan y edifican otro montoncito de ropajes y mantas con las que lloran las lágrimas de las más dulces rosas. Sé, por boca de la canción de cuna más antigua, de una rosa que condenó las promesas de las bestias, los gorriones, los soldados de plomo y la pareja de enamorados que acudieron a ella por una oportunidad para amar.
Esa es otra historia, por supuesto.
Relato, este y sólo este, mi existir, con la amalgama de posibilidades que brotarían de estos besos, que manan desde las risas de musas del bosque, con las que me río y canto y bailo, para esperar mis orugas felices. Mi tempestad de acuarelas. Mi candor de lentejuelas. A ese regente al que jamás podré verle el rostro.
Sólo soy una niña. Una niña que edifica castillos de arena, que viaja con su volátil avión de cartón y madera y crayolas de cera; la misma niña que se adentra en las asombrosas aventuras de amigos imaginarios, a los que observa partir hacia los que serán la razón de su porvenir y su dicha.
Y tanto ellos, como yo, volamos hacia baladas de Por Siempre Jamás. Mis Nunca, son Nuncanoches, la existencia de los Nunca Jamás de los Jamases, Naciones de Guerras por Juguetes, y las Pasta de almendra con azúcar con las que unto tus dedos y leo el futuro que te aguarda. Risueña, valerosa, soy una memoria de fuego fatuo, una comunidad en prosa. Me llamo Ithsimil y soy la Emperatriz del Sueño Eterno.
Me llamo Ithsimil y soy la Sagrada Memoria de los caídos .
Me llamo Ithsimil y, a ti, te otorgo con cordialidad, un arropo de Paz.
Me llamo Ithsimil y soy tu Hija.
Me llamo Ithsimil y soy tu Hermana.
Me llamo Ithsimil y soy el Espejo de tus Deseos.
Me llamo Ithsimil y soy la Emperatriz de las Rosas, que otorga la felicidad, a los más afligidos.
Me llamo Ithsimil.
Me llamo Ithsimil.
Me llamo Ithsimil.
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Mérida, Venezuela en 1986.
Es Historiadora del Arte egresada de la Universidad de Los Andes en 2018. Comenzó su incursión en la escritura en 2018 con microcuentos y microrrelatos, que posteriormente convirtió en relatos más extensos. Se ha especializado en el género fantástico.
Su trabajo literario ha sido publicado en diversas plataformas y revistas, incluyendo “Diversidad Literaria” en 2018, “Maremágnum de Letras” en 2021, la revista literaria “Brújula” N°1 en 2022, y la antología de relatos “Aconteceres” en 2022. Además, ha contribuido con sus escritos en las ediciones de 2023 de las revistas literarias “La Madriguera” y “Lectambulos”. Recientemente, en agosto de 2023, sus obras han sido destacadas en la plataforma literaria “Rincón Poético” y en “Historias Ocultas”.