Mariana y otros poemas
MARIANA Mientras nos desnudábamos en ese hotel de Cuautla, al señor de los jugos le desprendían cristales de su infancia. ¿Cuánto duró la tarde, sus aromas de cebo y carne frita en las banquetas húmedas, la calle en el bostezo tocada por el moho? El señor de los jugos noCuéntame más…